Conocer las características de una pareja violenta nos puede ayudar a evitar caer en el padecimiento de una situación de violencia en la relación ya sea en el noviazgo o en el matrimonio.
Las principales características de una persona violencia son los celos, el control excesivo y la manipulación. Al inicio de la relación de pareja puede parecer que estas actitudes surgen de una preocupación sana por la otra persona, pero se deben imponer ciertos límites para evitar situaciones negativas en el futuro.
A pesar de que al inicio de la relación puedan confundirse algunas acciones con preocupación, debemos tener claro que no toda preocupación es amor. Y no debemos pasar por alto ciertas actitudes y comportamientos que con el tiempo muy probablemente irán aumentando.
La relación sentimental impregnada por la violencia es como una espiral en la que nos adentramos poco a poco, casi sin darnos cuenta, y cuando por fin nos damos cuenta de ello, ya estamos en medio de una situación llena de violencia y amargura. Por eso es muy importante no pasar por alto ciertos comportamientos de nuestra pareja.
Celos
Es común que en algún momento nuestra pareja demuestre un poco de celos, pero si estos llegan al límite de afectar tu relación con amigos, compañeros de trabajo o familia, el problema ya es grave.
Los síntomas de esta situación son: constantes cuestionamientos sobre tu paradero, las personas con las que estás o lo que haces. En el peor de los casos, si tu pareja es violenta puede llegar a prohibirte, cuestionarte o limitarte en tus relaciones o salidas.
Superioridad
En una relación en que no hay violencia, las decisiones las toman ambos, y si disienten en los criterios poco a poco van encontrando la manera de llegar a acuerdos sin que predomine el criterio de uno.
Sin embargo, si en tu relación resulta que tu pareja siempre parece tener la razón y toma las decisiones mostrando que tú no puedes hacerlo, estás ya en una situación de abuso y tú eres la víctima.
Si tu pareja siempre parece tener la razón y toma todas las decisiones argumentando que tú no puedes, estás en presencia de los síntomas de abuso verbal y tú eres la víctima.
Control
Una pareja que demanda toda tu atención y poco a poco te aleja de tus amistades, es sin duda una persona violenta y abusiva.
El control también puede abarcar tomar decisiones sobre tus finanzas, asume el acceso al auto, decide las actividades recreativas y, en general, tiene el control de cualquier situación que limite tu independencia y fortaleza personal.
Si te das cuenta que estás en esta situación, es importante que retomes el control pronto.
Manipulación
Si alguna vez has hecho algo que realmente no deseabas y esto se debió a que tu pareja te llevó a ello de manera indirecta, en este caso estamos hablando de la manipulación, un arte que las parejas violentas manejan muy bien.
Promesas incumplidas
Con frecuencia las personas manipuladoras utilizan lenguaje hiriente para conseguir sus objetivos, pero a veces acuden a la compasión diciendo “es que si no lo haces, me voy a sentir muy mal”.
Una pareja abusiva te hará muchas promesas que generalmente no cumplirá. Esta actitud se complementa en gran medida con la manipulación, pues siempre tratará de hacerte creer que está haciendo lo posible por cambiar. Pregúntate: ¿cuántas veces te ha prometido cambiar y cuántas veces ha cumplido?
¿Qué hacer?
Si te das cuenta que tu pareja presenta algunas o varias o incluso todas estas características tendrás que tomar una decisión por tu bien y por tu fututo. Descubrir estas situaciones durante el noviazgo significa estar en el momento adecuado para la toma de la decisión de alejarse de esa persona.
Más conviene tomar esa decisión a tiempo que enfrentar una vida matrimonial cargada de un pesado sufrimiento. Muchas personas que entran en una situación de violencia lo hacen creyendo que podrán cambiar a la otra persona. Sin embargo, esto suele ser totalmente falso y lo único que logran es convertirse en víctimas.
Recuerda que tú sola o solo no puedes hacer que nadie cambie, para ello es necesario que la otra persona realmente lo desee.
Sin embargo, si el momento en que descubres que eres víctima de una persona violenta, es cuando ya estás en una relación conyugal y más aún, si ya tienen hijos, las medidas a tomar son más dolorosas.
Nadie, ninguna persona ni confesión religiosa debe aconsejar el divorcio, sin embargo, cuando hay situaciones de violencia, cuando la integridad física y mental de una persona está siendo lastimada, es recomendable poner distancia y alejarse de la persona violenta.
Consecuencias sobre los hijos de una pareja violenta
En una pareja pueden haber hijos y que éstos también sufren las consecuencias de la violencia de la pareja, entre otras, las siguientes:
- Consecuencias físicas: retraso en el crecimiento, alteraciones neuropsicológicas, alteraciones del sueño y alimentación, retraso en desarrollo motor.
- Alteraciones emocionales: depresión, ansiedad, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático.
- Problemas cognitivos: retraso en el lenguaje, ausentismo escolar, fracaso escolar, deficiencias en la atención y concentración, dificultades de integración escolar.
- Problemas de conducta: falta de habilidades sociales, agresividad, inmadurez, delincuencia, adicciones a sustancias psicoactivas.
La violencia en una pareja no daña solamente a los dos implicados, sino que también repercute a los hijos en el caso de haberlos. Es por ello tan importante erradicar de raíz todo este tipo de comportamientos a través de una educación en respeto e igualdad.
Si el divorcio daña a los hijos cuando no hay violencia en la pareja, cuando está situación se presenta, el daño es mayor si se persevera en el matrimonio, pues ya no sólo estamos hablando de violencia en el matrimonio sino de violencia en la familia.