Un día J. Lee Grady escribió un artículo titulado “Diez hombres con los que las mujeres cristianas jamás deberían casarse” y lo publicó en la revista cristiana “Charisma Magazine”, la más leída en Estados Unidos por lectores evangélicos.
El resultado asombró a los responsables de la revista pues el artículo se hizo viral en Internet: lo leyeron más de 2 millones de personas, y de hecho 1.5 millones lo reenviaron o compartieron en la red en pocos días.
La experiencia de Lee es que muchas jóvenes cristianas que quieren casarse no encuentran al hombre adecuado, incluso en ambientes cristianos. “Se preguntan si queda algún chico cristiano decente en algún lugar y sepreguntan si deben ponerse menos exigentes para encontrar pareja”.
Lee da su consejo: “¡No aceptes nada por debajo de lo que Dios pide! Estar soltera es mejor que casada con el tipo equivocado”. En este artículo encontrarás una lista de 10 tipos equivocados “que deberías evitar al buscar un marido”.
1. El no creyente
Escribe 2 Corintios 6,14 en un post-it junto a tu computadora en el trabajo: No os atéis a los no creyentes, porque ¿qué tienen en común la justicia y la impiedad, qué compañerismo hay entre la luz y la oscuridad? Esta no es una norma bíblica caducada, es la Palabra de Dios para ti hoy.
Lee es muy exigente: dice que “no basta con que el candidato se ofrezca a acompañar a la chica a la iglesia, esa nunca es buena estrategia”.
Más aún, Lee especifica que “si el hombre no es un cristiano nacido de nuevo, táchalo de tu lista. No es bueno para ti. No hay mujer cristiana que no se arrepienta de casarse con un no creyente”.
2. El mentiroso
“Si descubres que el hombre con el que estás saliendo te ha mentido acerca de su pasado, o que siempre está borrando su rastro para esconderte secretos,corre hacia la salida más próxima. El matrimonio debe construirse sobre el cimiento de la confianza”.
3. El playboy
“Me gustaría poderte decir que si encuentras a un tipo con trajes vistosos, actitud arrogante y con manera de hablar desenfadada, en la iglesia puedes considerar que vive la pureza sexual. He oído historias de horror de solteros que apoyan el equipo de adoración del domingo, pero son casanovas el resto de la semana. Si te casas con un tipo que iba de cama en cama antes de la boda, ten por seguro que irá de cama en cama tras la boda“.
4. El que no cuida su familia anterior
J. Lee afirma que “hay muchos cristianos firmes que vivieron en su pasado un fracaso matrimonial. Desde su divorcio han experimentado cómo el Espíritu Santo les restauraba y ahora quieren volver a casarse”. Lee acepta, sin embargo, que “los segundos matrimonios pueden ser muy felices”.
En las comunidades cristianas hay quienes no aceptan que Dios vea bien los segundos matrimonios, entonces la precaución se trata de cómo ha tratado este hombre a su familia de origen, a sus padres, a sus hermanos, abuelos y demás familiares.
Lee considera que “un hombre que no paga sus errores ni apoya a su familia anterior no te va a tratar responsablemente”.
5. El adicto
“Los hombres que van a la iglesia y tienen adicción al alcohol o las drogas han aprendido a esconder sus problemas, pero no deberías esperar a la luna de miel para descubrir que es un borracho.
Nunca te cases con un hombre que se niega a recibir ayuda contra su adicción. Insístele en que busque ayuda profesional y aléjate de él. Y no caigas en una relación codependencia, en la que él dice que te necesita para estar sobrio. Tú no puedes cambiarle.”
6. El jugador
Una amiga de Lee descubrió, después de casarse, que su nuevo marido no tenía ninguna gana de encontrar un trabajo serio y que su plan consistía en estar en casa jugando videojuegos mientras su esposa trabajaba y pagaba las facturas. Un hombre que no está dispuesto a trabajar no merece una esposa cristiana. Lee recuerda 2 Tesalonicenses 3,10: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”.
7. El narcisista
“Deseo sinceramente que encuentres un chico que sea apuesto. Pero cuidado: si tu novio pasa 6 horas al día en el gimnasio y publica con regularidad fotos de sus biceps en Facebook tienes un problema”.
“Puede que sea ´mono´, pero un hombre tan centrado en su apariencia y sus propias necesidades nunca podrá amarte sacrificialmente, como Cristo ama a la Iglesia [Efesios 5,25]. El hombre que siempre se busca a sí mismo en el espejo no se fijará en ti”.
8. El abusador
“Los hombres con tendencias abusadoras no pueden controlar la ira cuando hierve en su interior. Si el hombre con el que sales tiene tendencia a levantar la mano sobre ti o sobre otros no te sientas tentada a racionalizar su comportamiento.
Él tiene un problema, y si te casas con él tendrás que navegar en ese campo minado evitando detonar más explosiones. Los hombres iracundos dañan a las mujeres, a veces verbalmente, otras físicamente. Encuentra un hombre gentil”.
9. El infantil
Lee previene contra “un tipo que aún vive con sus padres a los 35 años. Si su madre aún le hace la comida, la limpieza y le plancha la ropa, puedes estar segura de que está atascado en un bucle temporal emocional. Te buscas problemas si crees que puedes ser esposa de un chico que no ha crecido. Retrocede y, como amiga, anímale a que encuentre un mentor que le ayude a madurar”.
10. EL MANIÁTICO DEL CONTROL
“Hay algunos hombres cristianos que creen en la superioridad masculina, que citan las Escrituras y suenan muy espirituales, pero tras su fachada de autoridad marital esconden una inseguridad profunda y un orgullo que puede convertirse en abuso espiritual.
En 1 Pedro 3,7 se pide a los maridos tratar a sus esposas como iguales”.
“Si el hombre con el que sales te habla despreciativamente, hace comentarios insultantes contra las mujeres y desprecia tus dones espirituales, márchate ya. él sólo busca poder. Las mujeres que se casan con maniáticos del control espiritual acaban a menudo en una pesadilla de depresión”.
CONCLUSIÓN FINAL
El artículo que se ha reenviado una y otra vez por Internet finaliza con un consejo: “Si eres una mujer de Dios, no entregues tus derechos de nacimiento espirituales casándote con un tipo que no te merece. Tu decisión más inteligente en la vida es esperar a un hombre que realmente esté entregado en Jesús“.