Hace menos de una década aparecieron inusitadamente los retos o desafíos en las redes sociales. Al principio con el propósito de apoyar diversas causas, luego como mera diversión, y después con el fin de conseguir más y más seguidores, los también llamados por su nombre anglosajón “challenge”, se fueron convirtiendo en atractivos sumamente populares, al grado de arrastrar consigo a los adolescentes más vulnerables: los desatendidos por sus padres.
Los retos que al principio eran sencillamente divertidos y banales, se fueron tornando cada vez más peligrosos al grado de poner en peligro la vida del adolescente sediento de llamar la atención que no conseguían dentro de su familia.
Consumir medicamentos controlados, introducirse un preservativo de látex por la nariz, cocinar y consumir pollo con jarabe para la tos, autolesionarse con cuchillas, consumir cactus con espinas, son sólo unos ejemplos de los retos que se han vuelto altamente populares o vírales en la terminología de las redes sociales.
Tanto para el protagonista de los desafíos como para los adolescentes que buscan, disfrutan y promueven velos ejecutando actos peligrosos, la ejecución de los retos pone a la popularidad muy por encima del valor de la vida, al grado que para ellos arriesgarla vale la pena con tal de tener más “seguidores”.
¿Por qué el adolescente busca participar en los retos? En un principio los retos en redes sociales tenían dos tipos de personajes: el que ejecutaba el reto y el que lo observaba con admiración. Hoy la dinámica se ha vuelto más compleja y peligrosa, pues ahora todos participan. Los adolescentes ahora se ven atrapados en la red de la aceptación social: “si no hago lo que están haciendo el resto de adolescentes, no seré aceptado por ellos”.
Los adolescentes se encuentran en una etapa que los hace muy vulnerables: aún falta maduración en el sistema nervioso central, la corteza prefrontal encargada del pensamiento racional se desarrolla plenamente hasta los 25 años, por eso son naturalmente más impulsivos y no miden las consecuencias de sus actos. Si a esto le agregamos unos padres descuidados que no están atentos a las actividades de sus hijos adolescentes, el adolescente será presa fácil de los “retos” que pondrán en peligro su vida.
Las redes sociales se han vuelto parte de la realidad de los adolescentes, es su nueva forma de interacción social. Luchar contra la participación de los hijos en redes sociales es ya una luchar contra su socialización. Cómo padres debemos adoptar estrategias para cuidar a nuestros hijos sin caer en el exceso de protección.
Sobre los riesgos en redes sociales puedes adoptar medidas como las siguientes:
- Configura el sistema de control parental en sus dispositivos
- Descarga y actualiza antivirus en sus dispositivos
- Establece reglas sobre los horarios de uso de sus dispositivos
- Habla con tus hijos sobre los riesgos que hay en internet
- Explícales el impacto que puede tener una publicación o comentario en redes sociales.
- Mantén una permanente línea de comunicación con tus hijos. No permitas que el diálogo se rompa y
- Mantén un alto nivel de confianza. Logra que tus hijos tengan la confianza de contarte sus problemas e inquietudes.
Finalmente cultiva en tus hijos, siempre y por encima de todo, un alto, muy alto aprecio por la vida y la familia.